La herejía del rapto o el arrebatamiento de la iglesia
Es el siglo primero, Pablo le escribe a los creyentes en Tesalónica, y en un momento, les recuerda o les hace memoria de los creyentes de ese lugar, que han muerto anteriormente, y los consuela diciéndoles que no están muertos sino que duermen, que no deben estar tristes, que van a resucitar. I Tesalonicenses 4/13: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.” Pero luego, Pablo hace u